HISTORIA CRITICA DEL PENE

Autor: J.S. Rabin

Historia Crítica del Pene, refleja las constantes luchas que los dos sexos han tenido, por una manera de sentir el placer, donde no siempre el amor ha estado presente. En este mundo bipolar la mujer ha visto expropiada  su libertad sexual, que aún  subsiste en muchos  lugares del planeta. El autor describe   en este libro  todas las vicisitudes que debió sortear para dejar de ser célibe. Oportunidades tuvo;  fracasó por su propia inseguridad y por temor a hacer el ridículo. La  mayoría de las historias son reales y se corresponden en distintas etapas de la vida del autor. 

Un breve adelanto

Matrimonios por conveniencia. 

Al finalizar el Medioevo, se publica la Celestina, un clásico del marrano Fernando de Roja.

 El personaje era también conocido como: “hechicera, sagaz en maldades, astuta, alcahueta, componedora de miles de virgos, comadrona, abortista, trotaconventos, maestra de maquillajes y de arreglar matrimonios.”

 También se dedicaba a   “explotar a mujeres deshonestas, que vendían sus favores, y entregaba, sin miramientos,  a mujeres honestas, como se lee en la historia de Calixto y Melibea.”

 En contraposición estaban  las chaperonas o acompañantes las que se encargaban  de evitar  “que las parejas se quedaran   solas,  y evitar las habladurías.”

Tanto Mi Madre como su hermana mayor, recurrieron  a la asistencia de una  shadjente para poder encontrar marido.      

En el  hogar se hacía cada vez más difícil subsistir.  Eran seis bocas que se tenían que alimentar: cuatro hermanas y los padres.

Cuando  ambas  terminaron de pagar  los servicios de la  intermediación   comenzó  el desfile de los candidatos. 

La tercera de las hermanas tuvo la suerte de casarse  por amor; y una desgracia: la de morirse  joven.

La menor,   y sin dudas  la más bonita, se casó con un viudo. La relación tuvo algunos altibajos y un final abrupto.

Mi Tía estaba hospitalizada en grave estado.        

Su marido, aburrido de tantas vigilias, se puso alardear con

un  sobrino, sobre sus aventuras amorosas pasadas

Mi Tía Rosita, cuando salió de su estado comatoso, no volvió hablar hasta la muerte de Mi Tío Marcos. Había oído hasta el último vocablo sobre las infidelidades de quien lo supuso un compañero fiel y leal.

   

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